En los últimos años, las marcas de ropa más populares se han movido con gran rapidez y a bajos precios, un fenómeno conocido como el fast fashion. Lastimosamente, estas marcas también trajeron consigo un impacto medioambiental y social extremadamente negativo.
Además de las altas emisiones de gases invernaderos causadas por la industria textil y el desgaste de recursos naturales, confeccionar ropa en tiempo récord ha venido de la mano de un sinfín de explotación laboral. Los talleres clandestinos surgieron como consecuencia de la alta demanda del fast fashion. En ellos, personas confeccionan prendas en condiciones inhumanas cercanas a la esclavitud.
Pero no todo es desalentador. Mientras se van destapando estas prácticas nocivas, la industria y sus consumidores han empezado a concientizarse y apoyar la sostenibilidad social con mejores condiciones de trabajo para los confeccionistas.
En el 2022, la consultora Deloitte realizó un estudio revelando que el 37% de las personas empezaron a comprar de marcas con prácticas y valores éticos. Inclusive, ya se empiezan a ver tiendas de uniformes médicos que también le apuestan a prácticas sostenibles.
Exploremos por qué todas las compañías textiles deben adoptar procesos de sostenibilidad social como condiciones dignas, buenos beneficios y oportunidades de crecimiento y enriquecimiento para sus trabajadores.
La importancia del bienestar de los trabajadores
Varios estudios demuestran que tener trabajadores que gozan de buenos beneficios en el trabajo y se sienten motivados se traduce en más alta productividad laboral y satisfacción del empleado. Tanto los confeccionistas de uniformes médicos como los de otra indumentaria tienen el derecho a un trabajo digno, y las empresas deben abogar para hacerlo posible, creando un ambiente laboral ideal.
Esto se puede lograr de diversas maneras en la industria textil, como normalizando la contratación formal de los empleados en un sector que trabaja, en gran parte, informalmente. También, dar oportunidades de crecimiento laboral y ofrecer programas de aprendizaje o upskilling significa forjar empleados con sentido de pertenencia y las suficientes capacidades para asumir nuevos roles.
Apostarle al bienestar de los empleados es apostarle a una mejor sociedad, impactando comunidades enteras gracias a la influencia socioeconómica positiva que traen las buenas condiciones laborales de cada persona.
Generar un aumento de la rentabilidad
Sea una fábrica de ropa médica u otro tipo de prendas, la mejora de las circunstancias laborales también ayuda a que el comercio sea más productivo y rentable. El programa Better Work de la Organización Internacional del Trabajo lo demostró al incentivar el crecimiento de las confeccionistas de varias fábricas textiles alrededor del mundo. La iniciativa impulsó a muchos de los trabajadores a convertirse en supervisores de piso a través de programas de liderazgo, y así poder escalar en su vida profesional.
Además, avanzaron otras iniciativas vitales como reducir la diferencia entre el pago de hombres y mujeres, limitar el trabajo excesivo que tiende a explotar al empleado y prevenir prácticas abusivas. Estas mejoras aumentaron la rentabilidad en un 25% y la productividad en un 22%.
Un modelo de producción que contribuye a mejores condiciones laborales con horas de trabajo razonables, menos desperdicio textil y más calidad del producto es el Just-in-Time (JIT). Este modelo se enfoca en manufacturar por pedido, a diferencia de generar un excedente. Así, las prendas se crean con paciencia, atención al detalle, y respondiendo sólo a la demanda actual.
Crear impacto positivo en la comunidad local
Enfocarse en apoyar poblaciones vulnerables también hace parte de la sostenibilidad social. Son muchas las historias de confeccionistas que nunca pudieron legalizar su trabajo o diversificar sus conocimientos de la industria. Sin embargo, una empresa textil que apueste en el desarrollo de sus trabajadores puede hacer una diferencia positiva en la comunidad.
En Colorchain, por ejemplo, nos enfocamos en emplear mujeres cabeza de familia, quienes hacen parte del 80% de la compañía, tanto manufacturando nuestros uniformes médicos como en cargos administrativos. Además, empleamos a personas de la tercera edad y jóvenes recién graduados para afianzar sus habilidades y enriquecer su experiencia laboral.
Contamos con programas de acompañamiento para impulsar su crecimiento en la industria, y ofrecemos oportunidades para avanzar dentro de la empresa.
Las empresas textiles a nivel mundial pueden adoptar estas iniciativas por medio de organizaciones locales que promuevan el cambio social, como colectivos, fundaciones sin ánimo de lucro, y organizaciones del estado. Estas colaboraciones facilitan la comunicación con la comunidad para exponerla a nuevas oportunidades y así empezar a impactar positivamente a la sociedad.
Para conocer más sobre los procesos sostenibles de Colorchain y cómo manufacturamos ropa médica de alta calidad y estilo, visita nuestra página web aquí.
